Evitando las Distracciones: Ayer y Hoy
Consejos practicos para ser una mujer generadora de cambio en el día a día. Tomamos los ejemplos de grandes mujeres cristianas del siglo 18 quienes, apesar de vivir en otra época, también tuvieron que redimir el tiempo y enfocarse en lo que realmente importaba, Cristo.
5/8/20246 min read
¡Mi querida amiga!
Quería contarte algo que me ha estado circulando en la cabeza últimamente, un tema que me ha inspirado mucho y que creo que te va a encantar. Se trata de las mujeres cristianas del siglo XIX, ¡las de los años 1800! Cuando pensamos en esa época, tal vez nos imaginamos vestidos largos y vidas muy limitadas, ¿no? Y en efecto, las leyes y las costumbres no les daban mucha libertad fuera de casa. Pero, ¡ay, amiga!, si te cuento cómo estas mujeres, impulsadas por su fe, lograron cambiar el mundo, te vas a quedar pasmada.
Más Allá de los Encajes y las Reglas: Su Fe Inquebrantable
Es fácil suponer que estas mujeres estaban encerradas, sin voz ni voto. Y es cierto, tenían muchas limitaciones. La sociedad les decía que su lugar era el hogar, y que su "influencia" debía ser sutil. Pero la fe cristiana les dio una fuerza y un propósito que trascendió cualquier limitación.
Ellas aprendieron lo que dice Gálatas 3:28: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." Frente a Dios eran iguales, teniendo la misma misión y el mismo valor.
El Hogar: Su Primer Campo Misionero
El primer lugar donde estas mujeres dejaron una huella imborrable fue, precisamente, en sus casas. Eran las maestras de la fe para sus hijos, las que moldeaban los valores, las que leían la Biblia y oraban en voz alta. Su misión no se limitaba a la limpieza o la cocina; ¡era formar almas para Dios! Y qué impacto tan grande tuvieron, levantando generaciones de creyentes que luego transformarían la sociedad.
Manos a la Obra: Amor en Acción
Pero su influencia no se quedó solo dentro de los confines de su hogar. ¡Para nada! La compasión que brotaba de su fe en Jesús (quien nos instruyó a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, Marcos 12:31) las inspiró a salir y servir de maneras increíbles:
Socorro y Caridad: Organizaban sociedades de auxilio, visitaban a los enfermos en los hospitales (¡algo inconcebible para muchas damas respetables de entonces!), traían comida a los pobres, abrían orfanatos y escuelas para los niños abandonados. Un gran nombre fue Elizabeth Fry, una cuáquera que transformó las condiciones carcelarias en Inglaterra, proclamando un trato humano y posibilidades de rehabilitación para las presas. Lo hacían sin buscar protagonismo, a veces en secreto, pero el impacto era gigante dentro de las comunidades.
Eran los pies y las manos de Jesús, demostrando que "la fe sin obras es muerta" (Santiago 2:26).
Movimientos de Reforma Social: ¿Te imaginas a mujeres impulsando grandes cambios en la sociedad? Pues ellas lo lograron.
Fueron pilares en movimientos como el abolicionismo (luchando contra la esclavitud, ¡algo radical para la época!), la templanza (combatiendo el alcoholismo que destruía tantas familias) y, por supuesto, el sufragio femenino (la lucha por el derecho a votar). Harriet Tubman, conocida como la "Moisés de su pueblo", una devota cristiana bautista, arriesgó su vida para guiar a cientos de esclavos a la libertad a través del Ferrocarril Subterráneo. Frances Willard lideró el movimiento por la templanza y el sufragio femenino, demostrando que la fe podía impulsar la justicia social. Su motivación no era solo política, era profundamente cristiana: veían estas injusticias como pecados contra Dios y la dignidad humana.
Como Proverbios 31:8-9 dice: "Abre tu boca por el mudo en el juicio de todos los desvalidos. Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso."
Misioneras Valientes: Y no solo defendieron las misiones desde casa con sus oraciones y las ofrendas que recolectaron. ¡Muchas se animaron a ir ellas mismas! Viajaron a partes distantes y desconocidas del mundo, llevando el evangelio, estableciendo escuelas y hospitales. Gladys Aylward, aunque un poco posterior (principios del siglo XX), encarna el espíritu de estas mujeres, dejando Inglaterra para ir a China y servir con una fe inquebrantable. A menudo, eran las únicas que se atrevían a ir a ciertas áreas, abriendo puertas donde ningún misionero masculino había podido llegar.
Su coraje fluía de la Gran Comisión de Jesús: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).
Voces que Inspiraron: Muchas escribieron himnos preciosos que cantamos hasta hoy, novelas con mensajes profundos y obras de teatro que calaban en la conciencia. Fanny Crosby, una de las escritoras de himnos más prolíficas de la historia, compuso miles de himnos edificantes como "Cerca, más cerca" o "Seguro en los brazos de Jesús", a pesar de haber sido ciega desde la infancia. Su música y su fe transformaron corazones.
Fueron maestras, establecieron colegios y universidades para mujeres, creyendo que la educación era poderosa y que las mujeres tenían la capacidad intelectual para beneficiarse de ella, una idea revolucionaria para su tiempo.
Evitando las Distracciones: Ayer y Hoy
Amiga, a veces nos imaginamos que la vida cristiana en el siglo XIX era "más fácil" porque no había internet ni redes sociales, las mujeres se centraban en su casa y no debian de dividirse entre el trabajo, los hijos, el esposo, sus estudios o carrera profesional. Pero, ¿sabes qué? ¡Las distracciones siempre han existido! Tal vez no tenían TikTok, pero no dejaban de tener la moda (¿has visto lo complicados que eran esos vestidos?), el chismorreo, los eventos sociales interminables, las novelas ligeras que les absorbían las horas.
Las mujeres de su día también se vieron obligadas a resistir contra la corriente del mundo para redimir el tiempo y centrarse en lo que verdaderamente importaba, evitando las distracciones.
¿Cómo lo hicieron? Ellas tenían la firmeza de su fe y de su propósito. Sabían que el tiempo era un don de Dios y que teníamos que usarlo con diligencia. Efesios 5:15-16 nos enseña: "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." No se dejaban llevar por lo urgente para no hacer lo importante.
Cómo Podemos en el Siglo XXI Realizar la Obra de Cristo y Redimir el Tiempo: Consejos Prácticos
Y ahora, ¿cómo llevamos esto a nuestra vida, en este siglo 21? Las batallas han evolucionado, pero el enemigo persiste igual y el llamado de Dios también.
Desarrolla tu Ancla Diaria: El Tiempo Devocional Intencional
Ellas: Tenían sus momentos de lectura de la Biblia y oración, típicamente al inicio del día.
Nosotras: ¡Silenciemos las notificaciones! Busquemos un lugar y momento tranquilo donde leer la Biblia y orar. No solo leas, piensa y habla con Dios. La oración es hablar con Dios, ¿por qué no hacerlo mientras lavamos la ropa, cocinamos, bañamos al niño o planchamos la ropa? Se trata de cultivar la presencia de Dios en nuestra quietud interna. Esto nos permite llenarnos de Él, tener paz en medio de un dia caótico.
Practica el Discernimiento en un Mundo Ruidoso:
Ellas: Tuvieron que discernir entre las expectativas sociales y la voluntad de Dios. Algunas tuvieron que discernir entre la verdadera fe y las sectas.
Nosotras: Coloquemos el filtro. No todo lo que se ve en redes, en noticias o en conversaciones es verdad o edifica. Busquemos la sabiduría de Dios para discernir las motivaciones por detrás de aquello que consumimos. .
Redime el Tiempo de las Distracciones Digitales:
Ellas: Luchaban con los chismes, la ociosidad social.
Nosotras: Evitemos las distracciones. Establezcamos límites a las pantallas. Creemos "horas sin teléfono" en casa, especialmente al comer o antes de ir a dormir. Utiliza temporizadores en las redes sociales. Pregúntate: "¿Estoy aprovechando este tiempo para construirme o para distraerme? ¿Esto honra a Dios?" Evitando las distracciones podremos ver la mano de Dios en los detalles de nuestro día a día.
Sirve con Amor en Tu Esfera de Influencia:
Ellas: Comenzaron en el hogar y luego se extendieron a obras de caridad y reforma.
Nosotras: Nuestra casa es nuestro primer ministerio. Seamos la luz de Cristo para nuestros esposos e hijos con amor, paciencia y verdad. Fuera de casa, busquemos oportunidades pequeñas: una vecina que necesite ayuda, una amiga que necesite ser escuchada, un voluntariado en tu comunidad o iglesia. Cada acto de amor es una obra de Cristo.
Cultiva un Corazón de Gratitud por los Detalles:
Ellas: A pesar de los desafíos, encontraron razones para agradecer a Dios.
Nosotras: Con un "diario de gratitud" podemos registrar las pequeñas (y grandes) bendiciones diarias. Esto entrena nuestro corazón a ver la mano de Dios en todo y a darle la gloria que se le debe, como un acto permanente de adoración.
Mi querida amiga, no tenemos que ser Elizabeth Fry o Harriet Tubman para ser mujeres cristianas de impacto. Podemos, como ellas, anclar nuestra vida en Cristo, redimir el tiempo, evitando las distracciones modernas y usar cada día para amar, servir y llevar la luz de Dios a nuestro mundo.
¿Qué pequeño cambio podrías empezar a hacer esta semana para aprovechar mejor el tiempo o servir con amor en tu vida diaria?
Un abrazo fuerte
Tu amiga.
Post Data: te dejo aca el link de Youtube para que escuches algunos himnos escritos por Fanny Crosby, tomalos de espacio para meditar en tu role como mujer en tu vida, tu hogar y amigos. Oro al Dios y Padre Santo que nos ayude a alejarnos de la distracción del siglo 21 y poner ponerlo a El como prioridad cada día.